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jueves, 29 de mayo de 2014

Después de vivir en Corea del Sur, un brasileño CONSIGUE CIRUGÍA PLÁSTICA DE MIRAR MÁS DE COREA

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Algunas personas optan por colocar silicona en el cuerpo, otras se remueven marcas de la edad, o se aumentan el tamaño de los labios para cambiar su apariencia. Lo que el joven gaucho, Xiahn, de 25 años, decidió hacer fue un poco diferente: modificar de manera quirúrgica el formato de los ojos para que parecieran más orientales. Él cuenta que el resultado es que cuando ahora se despierta todos los días siente más placer en ver su reflejo en el espejo. 

Residente de Novo Hamburgo, en el Valle de los Sinos, Rio Grande do Sul, es egresado en juegos digitales y realiza trabajos como modelo para un sitio que promociona accesorios orientales para adolescentes. En total, fueron realizados 10 procedimientos quirúrgicos sólo en los ojos, una operación mayor y otras correcciones menos invasivas. También hizo, cambios en el color del cabello, y uso de maquillaje para que el contraste se vuelva más explícito. A los 15 años, era rubio y de ojos azules, con una apariencia de descendiente de alemanes, típica de la región. El cambio drástico llama la atención de las personas "Encuentro normal modificar la apariencia. Yo usaba lentes de contacto para que no se me vieran los ojos azules" explica. 

Foto antes de la operación


El interés en en hacerse modificaciones por medio de cirugías plásticas surgió cuando, siendo estudiante, participó en un intercambio en la Universidad Dongseo, en Corea del Sur. La pasión por la nueva cultura se muestra rápidamente en la apariencia de los orientales. Por más que el procedimiento pueda parecer curioso, ya es considerado bastante común, aunque en el sentido inverso. 

"Los coreanos se hacen muchas cirugías para modificar la forma de sus ojos, y verse más parecidos a los occidentales. Esto era fácil de darse cuenta debido a las gafas de sol y máscaras que usan para salir a la calle (luego de someterse a la cirugía plástica)" cuenta. Corea del Sur es considerado como el "campeón" mundial en la cifra de cirugías plásticas. La demanda es tan intensa que los hospitales ya han comenzado a emitir documentos para comprobar que los turistas se sometieron a operaciones, en caso de que estos no puedan ser reconocidos en las fotos de sus pasaportes cuando regresan a casa

Xiahn, como es conocido en las redes sociales, prefiere no divulgar su nombre real para evitar invasiones a la privacidad en contra de su familia por medio de la Internet. El miedo se justifica ya que luego de que algunas personas se enteraron sobre su historia, comenzaron a enviar solicitudes de amistad a parientes y a comentarles sobre su aprobación o disgusto sobre la actitud del joven. "Una señora dijo que no permitiría que su hijo hiciera lo mismo. Entiendo. Las personas tienen gustos diferentes" asegura. 

El discurso de tolerancia no es sólo constante en el repertorio del joven, sino que comenzó a formar parte de su familia. 
Según él, la madre, que es fisioterapeuta, no acepta intervenciones quirúrgicas que no sean por la salud o para corregir problemas estéticos que perjudiquen mucho la vida de alguien. Sin embargo después del susto inicial, ella entiende que esto lo hace feliz, entonces que fue la decisión correcta. "La primera vez que me vio, estaba muy preocupada. Mi rostro estaba bastante rojo e inflamado" cuenta. Ella le cuestionaba que el procedimiento no le fuera a causar problemas de la vista. "Aunque el tamaño del ojo queda disminuido un poco, consigo ver normalmente" afirma. 

La opción de cambiar el formato de los ojos no fue automática. Antes, meditó hacer modificaciones en la nariz y los labios, pero se dio cuenta de que los tamaños actuales ya eran suficientes para lograr la apariencia deseada. No fue fácil conseguir un profesional que estuviera dispuesto a hacer el procedimiento, que es poco común en el país. Xiahn necesitó conversar con muchos médicos y explicarles exactamente lo que quería, hasta que se encontró con uno que le dijo que aunque él no realizaría el procedimiento podría mostrarle a alguien que sí lo podría hacer. "Fui, de cierta forma, conejillo de indias en un experimento. Él me explicó lo que podía hacer, y cómo me vería. No me arrepiento" señala. 

Foto después de la operación

En total, gastó casi 7000 mil reales (alrededor de $3100 ó 2300 euros) en todos los procedimientos. El más caro fue el primero, en enero del año pasado, por involucrar cortes y necesitar de una anestesia más profunda. Las otras nueve intervenciones fueron solamente para realizar correcciones, con el objetivo de disminuir el espacio entre un párpado y otro. Xiahn cuenta que el primer resultado no le agradó porque los ojos aún eran extremadamente grandes, a pesar de que ya se veían como los de un oriental. "Algunas personas piensan que todos los orientales tienen los ojos iguales. Yo, felizmente, ya llegué al formato ideal" explica y dice que no pretende realizarse más intervenciones. 

En esa época, el joven estaba haciendo prácticas en una empresa de tecnologías de la información en São Leopoldo, también en el Valle de los Sinos y asistió a su graduación. El trabajo nunca fue un impedimento, ya que no atendía al público directamente. "Las personas se veían un poco preocupadas y preguntaban sí me lo habían hecho bien. Era como una familia. Cuando les dije que sí, me sentí muy apoyado" recuerda.

Ya en la universidad y en la calle, las reacciones eran más diversas. Debido a los hematomas post-operatorios, algunas personas preguntaban si me había caído o había sido agredido. Para disimular y evitar las preguntas, el joven decidió usar anteojos como un disfraz.  Como se graduó recientemente, tuvo que dejar el lugar y buscar funciones en una nueva área. Después de la divulgación en Internet del resultado de la cirugía, el joven relata que ha recibido varias propuestas laborales. Después de tanto esfuerzo, Xiahn relata que aprovecha el resultado con satisfacción. Explica que muchos aún les parece absurdo el cambio que se realizó. "Independientemente de cualquier religión que puedan profesar, creo que sólo tengo una vida y que si no puedo ser lo que quiero ahora, nunca más lo podría ser" concluye. 

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